Desalogo de la Amassada y aspectos antinucleares

Este martes 8 de ocutubre a las 5:30, la comuna libre de la Amassada, en Saint Victor y Malvieu en el Aveyron Sur, ha sido desalojada.

Seguimiento en directo en su página de internet e información sobre el proyecto: https://douze.noblogs.org/

LA LUCHA DE LA AMASSADA ES TAMBIÉN UNA LUCHA ANTINUCLEAR

RTE (la Red de Transporte de Electricidad) prevé construir un transformador eléctrico de 6 hectareas sobre tierras agrícolas. ¿Será esto un entrante a los trabajos conexos de Cigéo (centro de almacenamiento de residuos nucleares)? Las similitudes van más allá.

El objetivo de este transformador es contribuir a la red transnacional de transporte de electricidad, como un nudo en una autopista de energía que va del norte de Europa hasta el Magreb.
Permitirá así la conexión de centenares de aerogeneradores en las causses [un tipo de formación geológica] aveyronesas mediante otros transformadores de menor tensión.

¿Una ganga para la ecología? ¡No está tan claro! Además de la destrucción de tierras agrícolas y otras zonas naturales sensibles que hay en estos territorios elegidos por su baja populación, hay que cuestionar el modelo energético que acompaña a esta industrialización del campo.

La existencia de esta red centralizada nos recuerda a la industria nuclear: comparte el funcionamiento. Las unidades de producción se sitúan lejos de los lugares de consumo y están en manos de grandes grupos de energía: Areva, Total, EDF… Les ciudadanes no tienen ningún derecho de de observar estos parques. ¿Basta una sola de estas mini fábricas para el consumo de su pueblo? ¿Hay alternativas? ¿Será una forma materializar de forma concreta lo que implica nuestro consumo eléctrico? No hay debate, los tecnócratas elijen por nosotres.

De todas formas, el objetivo principal de estas máquinas no es asegurar la autonomía energética del país. La electricidad «verde» (¿quién ha visto el color de un ¿electrón?) se monetiza bien en el mercado energético europeo y de la «compensación del carbono», punta de lanza de de la ecología financiarizada. Esto les evita grandes sanciones y sobre todo el cuestionamiento del modelo de sobreconsumo energético.

En el momento actual, la nueva producción de renobables se suma a la producción electronuclear: el consumo energético, el cual no podemos desligar del consumo de otros recursos finitos, aumenta en total. ¿Cuántos reactores nucleares se han cerrado en Francia desde el comienzo de la «transición energética»?

Desde el punto de vista territorial, la lógica es la misma que en el Mosa y el Alto Marne. La funcionalización de los territorios. Si para los planificadores el Gran Este tiene que convertirse un «centro de excelencia» en las nucleares, las élites políticas e industriales del Aveyron tienen la ambición de convertir su departamento en centro de producción de energías renovables. Aunque la imagen es sin duda más favorecedora, el mecanismo es el mismo: un territorio especializado y al servicio de las metrópolis centralizadoras.

El Gran Este tiene que servir al mismo tiempo de despensa y basura, de retaguardia de la industria nuclear para el país y el ogro parisino; el Aveyron por su parte, de garantía ecológica para la Occitania y de lugar turístico para permitir a la metrópolis tolosana producir aviones y misiles con toda tranquilidad… El campo está al sevicio de la sociedad militar-industrial.

Nada más lejos del mito de la alternativa, las nucleares, el carbón y las eólicas van de la mano hoy en día. El generador eólico Piggott de la casa de la resistencia en Bure tiene mucho trabajo para convencer a sus «hermanos mayores» de 160 m de alto y los nucleócratas, de que la ecología será antiindustrial, local y popular, o no será.

En Bure, en Saint-Victor y en todas partes, el Estados reprime, la tecnocracia oprime y la industria diezma.

Solidaridad con todos los desalojos.

16/10/2019